Díaz Ferrán y sus cómplices, en prisión
Gerardo Díaz Ferrán, ex
presidente de la patronal española CEOE, pasó ayer su primera noche en
la cárcel madrileña de Soto del Real tras prestar declaración como
presunto autor de alzamiento de bienes, blanqueo de capitales e
insolvencia punible. El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco
ordenó prisión para el empresario eludible mediante el pago de una
fianza de 30 millones, que al menos ayer no abonó. Otros seis implicados
fueron conducidos a la cárcel, entre ellos Ángel de Cabo, comprador de
Marsans y cerebro de la trama societaria para «vaciar» el patrimonio del
grupo, para quien el juez ha fijado una fianza de 50 millones, la más
alta de la historia judicial española.
Díaz Ferrán fue
conducido en un furgón policial a la Audiencia Nacional a primera hora
de ayer junto a otros detenidos en la «operación Crucero», la
investigación iniciada a partir de una denuncia de acreedores que ha
destapado cómo el ex líder de la CEOE y su socio Gonzalo Pascual, ya
fallecido, presuntamente urdieron una trama junto a Ángel de Cabo para
«vaciar» de patrimonio el grupo Marsans y evitar el embargo de los
bienes personales. Gerardo Díaz Ferrán lo negó ante el juez y señaló,
además, que la responsabilidad de la gestión del día a día de Marsans
era responsabilidad de Gonzalo Pascual, muerto el pasado mes de junio.
Las
averiguaciones dirigidas por Eloy Velasco indican que Gerardo Díaz
Ferrán simuló su insolvencia patrimonial. Según el auto en el que se
dicta prisión para el empresario, los dos socios en Marsans traspasaron
el grupo empresarial y todos sus derechos, así como el patrimonio
personal y familiar de ambos, al entramado societario de Ángel de Cabo.
Esto es, cuando Marsans entró en quiebra, con más de 10.000 acreedores y
centenares de millones en deudas, Díaz Ferrán y Pascual pactaron una
venta ficticia a De Cabo a través de la sociedad Posibilitum. Ésta se
ocupó después, mediante sociedades instrumentales encabezadas por
testaferros, de intentar vender o distraer propiedades inmobiliarias y
otras, así como dinero en efectivo, perteneciente a los negocios del
grupo Marsans.
Como parte del trato, según consta en el auto,
Díaz Ferrán y Pascual recibirían de Ángel de Cabo 100.000 euros por
cabeza cada mes, hasta sumar la cantidad de ocho millones. El ex
presidente de la CEOE acudía cada dos o tres semanas a la sede
valenciana del despacho de abogados de De Cabo para cobrar. No consta,
precisa el auto, que Gonzalo Pascual llegara a recibir pago alguno.
Gerardo Díaz Ferrán había sido declarado insolvente tras la quiebra de
Marsans, a pesar de que ingresaba en dinero negro 100.000 euros al mes.
El
juez Velasco añade que, como parte de la estrategia, Ángel de Cabo tomo
el control de Marsans a través de Posibilitum y empezó a detraer
tesorería y activos de las empresas que componían el grupo. La trama se
redondeaba mediante contratos ficticios para la venta de los bienes o la
entrega del dinero a sociedades que los colocaban en paraísos fiscales
(Liechtenstein, Hong Kong, Suiza...).
En el curso de las
investigaciones, la Audiencia Nacional ha bloqueado unos 50 millones de
euros en metálico y cheques al portador que el entramado de De Cabo
presuntamente intentaba sacar de España y que provenían de sociedades
del grupo Marsans y de otras empresas vinculadas a Díaz Ferrán y a
Gonzalo Pascual. El ex presidente de la CEOE negó ayer ante el juez que
tenga bienes en el extranjero o dinero en cuentas opacas del extranjero y
ha rechazado cualquier responsabilidad en la supuesta trama para el
vaciamiento patrimonial de Marsans.
En la tarde de ayer, Ángel
de Cabo y otros cinco detenidos -entre ellos su mano derecha, Iván
Losada, para el que se ha fijado una fianza de 30 millones- ingresaron
en la prisión de Soto del Real. Anoche se esperaba que Gerardo Díaz
Ferrán fuera conducido al mismo centro penitenciario tras haber prestado
también declaración como imputado en el caso abierto también contra el
ex presidente de Caja Madrid Miguel Blesa por la concesión de un crédito
de 26,6 millones de euros a Air Comet, antigua aerolínea del grupo
Marsans. Con semblante serio, vestido de traje, sin corbata y con barba
de dos días, Díaz Ferrán entró en los Juzgados de plaza de Castilla para
negar también allí que aquel crédito fuera irregular.